Análisis Endzone: A World Apart; supervivencia pura y dura

En 2021 y sin hacer demasiado ruido, Gentlymad Studios nos sorprendía con Endzone: A World Apart, un título «city builder» que combinaba la supervivencia con la estrategia. Se trata de una propuesta perfecta para el PC, que se adapta a las mil maravillas. Hay una enorme parcela de gestión, con elementos que controlar constantemente para mantener con vida a los colonos. El combo con un teclado y ratón es perfecto.

Sin embargo, no es la primera vez que un juego de estas características da el salto del PC a consolas, y teniendo en cuenta los antecedentes, no debería suponer ningún problema. Hemos disfrutado de juegos similares como Cities Skylines o los Jurassic World Evolution 1 y 2, ¿logrará Endzone: A World Apart mantener el listón en los sistemas Xbox?. Lo comprobamos a continuación con su «Survivor Edition«.

Un páramo bonito y desolado en el que sobrevivir

El equipo de Gentlymad nos invita a subsistir en un entorno cambiante, siendo una de las características principales de su videojuego. Desde una vista cenital en todo momento, Enzdone: A World Apart se muestra vistoso en todo momento, rompiendo la armonía de sus bosques con nuestras construcciones. A nivel artístico su planteamiento recuerda, para que nos ubiquemos, en lo que podría ser un Fallout adaptado a su género.

Tras un desastre nuclear, este páramo natural aparentemente inofensivo, amenazará la seguridad de nuestros colonos mediante la radiación y las inclemencias del tiempo. Hay que decir que, en este sentido, sus desarrolladores han hecho un excelente trabajo a la hora de recrear los efectos de la lluvia, el viento o las tormentas de arena. Algo que siempre podremos observar en el menú de la parte inferior de nuestra pantalla, prediciendo lo que se nos viene mientras avanzamos en el tiempo.

Por otra parte, las diferentes edificaciones están genialmente diseñadas (incluso aquellas abandonadas en la nada), todas ellas construidas a partir de la madera y la chatarra que vayamos recolectando, reaccionando incluso al efecto del clima. La propia naturaleza evoluciona. Algo indicativo de que nuestros colonos tienen bastante trabajo que hacer, y aunque sus animaciones son algo más discretas, también es hipnótico verlos desplazarse por el asentamiento.

Un mundo de gestión simplificado

Cualquiera que no haya jugado anteriormente a propuestas como esta, probablemente se sienta abrumado ante tal cantidad de menús y elementos a tener en cuenta. Y sí, es cierto que Endzone pone a disposición del jugador un buen puñado de información, así como una cantidad enorme de elementos con los que construir nuestro asentamiento. Otro juego con el que podríamos compararlo sería Frostpunk.

Lo bueno es que ya de por sí, el estudio ha trabajado bien desde el principio a la hora de presentarnos los menús del juego. Lo primero en lo que debemos fijarnos es en la parte inferior de la pantalla. Con los botones correspondientes que debemos usar en todo momento, este menú nos mostrará la temporada actual y la opción de acelerar o parar el tiempo. También tendremos una aproximación del clima, incluyendo lluvia radiactiva en algunas ocasiones. A su vez, este compartirá espacio con las opciones para observar el estado del mapa; niveles de radiación, humedad, felicidad de nuestros colonos o el estado de la red eléctrica (en caso de que la haya).

Si nos vamos a la parte superior de la pantalla, tendremos información completa acerca de nuestros recursos. Es decir, la cantidad de comida, chatarra y madera recolectada, agua… por lo que existe un control total de nuestros suministros, así como de nuestros colonos.

El menú radial, un clásico que nunca falla

Este es uno de los menús más importantes del juego, y en el que pasaremos más tiempo a la hora de construir nuestro asentamiento. Con el tiempo, más que un refugio se convertirá en una verdadera ciudad, con edificios de todo tipo. Para ello, el menú radial cuenta con dos apartados vitales, el de las propias construcciones y el de las profesiones, los cuales nos llevarán a otros dos submenús.

En cuanto a la construcción, es cierto que el juego basa (en parte) su crecimiento en la lógica de apostar desde un principio por los recursos más básicos. Comida, agua, un techo bajo el que dormir… hasta ahí cualquiera entendería rápidamente las necesidades de los colonos. Pero la jugabilidad no tarda en volverse mucho más profunda, y es que la radiación o el clima desfavorable nos obligarán a emplear otras soluciones, como por ejemplo filtrar el agua de lluvia, construir un pozo en una zona estratégica con vistas a la sequía, o construir un centro médico para tratar a los colonos enfermos.

Este menú de construcción es enorme, y al abrirlo, cada edificación se clasifica por categorías; comida, comunidad, investigación, agua, etc. Con las profesiones ocurre lo mismo; al abrir este subapartado desde el menú radial, observaremos un menú repleto de profesiones en función de los edificios que ya tengamos instalados. En la parte superior derecha se refleja el total de colonos disponibles, pudiendo distribuirlos a nuestro antojo, aunque siempre habrá que hacerlo con cabeza. Hasta que estos no tenga suficientes hogares para reproducirse, el numero será bastante limitado hasta pasadas varias temporadas (años dentro del juego).

Una verdadera ciudad en crecimiento

El carácter «city builder» de este juego no es meramente simbólico por la apariencia del refugio que estamos construyendo, es que realmente debemos crecer y establecer una enorme colonia de supervivientes. Con el paso de las temporadas, uno se va dando cuenta de la envergadura de la situación. Realmente hay muchísimos edificios que construir en los menús por categorías, a lo que hay que sumar que estos también pueden mejorarse.

Los colonos necesitan un colegio para sus hijos, talleres con los que construir herramientas, recolectar madera y chatarra, un mercado en el que distribuir los recursos, sastres… todo tiene un por qué y el juego lo deja muy claro. Los colonos deben protegerse de la radiación con nuevos ropajes, pescar y cazar para obtener comida, e incluso la construcción del cementerio ayudará a mejorar su ánimo para afrontar cada temporada.

Antes mencionaba que el menú radial tiene dos menús principales, pero el resto también serán útiles llegado el momento. Para ello se necesita construir los edificios correspondientes, como es el caso del apartado de investigación. Con el avance del asentamiento, pasaremos a tener incluso un centro meteorológico con el que predecir mejor el clima, y de esta forma, prepararnos con una mayor antelación. Como podéis ver, los colonos no son simples npc´s que están pululando por ahí; pueden enfermar, desmotivarse o incluso tener preferencias a la hora de instalar su hogar en zonas más atractivas.

Modos de juego y accesibilidad

Sé que últimamente es una constante, y que los estudios perfeccionan cada vez más su técnica a la hora de traernos juegos de PC a nuestras consolas, pero me sigue sorprendiendo lo sencillo que resulta manejarse en ellos. Endzone: A World Apart es otra prueba de ello. Puede que resulte algo abrumador para aquellos menos habituales a este género, pero una vez empiezas, te vas amoldando rápidamente a las exigencias del juego.

No solo es ágil en sus menús, o en la interacción con el entorno y las edificaciones del asentamiento, sino que también cuenta con un modo de juego denominado «Tutorial». Pero no confundáis este modo con lo que pudiera ser un simple tutorial en otros videojuegos; aquí tenéis una aventura completa de la que disfrutar si sois primerizos en Endzone, con objetivos ya de por si fijados. Además, las ventanas de texto de nuestro buen amigo Arthur Sawchyn estarán presentes en todo momento para indicarnos cual es el siguiente paso.

El Modo Tutorial es sin duda una buena forma de disfrutar de Endzone, pero hay más. Si lo preferimos, tenemos el Modo Supervivencia, ideal para ajustar la partida a nuestro gusto. Podemos complicarnos la vida tanto como queramos, así como apostar por el crecimiento directo del asentamiento o desafiar las condiciones climatológicas. En cualquier caso, sobrevivir será lo más importante. Por último, en Escenarios, se nos presentan (valga la redundancia) varios escenarios diferentes en los que comenzar nuestra aventura.

Protégete y sal ahí fuera

Entre nuestras labores en el universo de Endzone, también está por supuesto la de salir a explorar el resto del mundo. Y es que, si bien nuestro día a día siempre transcurre en el asentamiento, las expediciones serán otra parte importante tras construir el edificio correspondiente.

De igual manera que en el resto de profesiones, es posible seleccionar un número de colonos para enviarles en una misión de exploración al lugar designado. El mapa es bastante generosos, y ofrece multitud de lugares abandonados en los que obtener recursos, incluida una central nuclear.

Una vez el explorador regrese con la información, podremos dar comienzo a unas «mini misiones» de saqueo. Aquí está lo más interesante, ya que al igual que sucede con el foro o el ayuntamiento, se nos abrirán diálogos con nuestros colonos en cuestión. Pudiendo seleccionar las zonas que queramos saquear, los personajes indicarán el estado del lugar, los posibles recursos de su interior, y finalmente, se nos abrirá la opción de elegir qué debemos hacer con ellos. De nosotros depende qué recursos traer y si nuestros colonos llegan de una pieza gracias al equipamiento que incorporen en sus salidas.

Un buen trabajo a nivel sonoro (con matices)

En materia de sonido, los responsables de Endzone: A World Apart siguen manteniendo un nivel muy alto en todos los aspectos. Si bien la banda sonora, que sirve de acompañamiento durante toda la experiencia, peca de hacerse un poco pesada con las horas, uno se acaba acostumbrando. Quizá es lo que tienen este tipo de juegos «come horas», que una vez te sumerges en ellos, casi tiendes a dejar en segundo plano algunos elementos como este.

Por otra parte, el juego denota vida en todo momento, y eso se refleja en parte gracias a los diferentes efectos que podemos oír por todo el asentamiento. Un edificio en plena construcción, la mina extrayendo azufre y otros bienes minerales, el chirrido metálico de las torres eólicas, o simplemente la paz de cuando oímos llover.

A todo ello, hay que sumarle los diálogos, especialmente en el Modo Tutorial. Como dije anteriormente, Sawchyn nos acompaña en todo momento, y además de contar con una excelente traducción al castellano, tiene su propio doblaje en inglés. Puede que para muchos no tenga mayor importancia, pero se agradecen detalles como este que otorgan mayor calidad e inmersión al jugador. No se trata de una pegatina en la pantalla, sino que además de ponerle cara también puedes oír como se dirige a ti.

¿Te jugarás la vida en este páramo radiactivo?

Antes de tomar una decisión definitiva, os diré que Endzone: A World Apart ha logrado atraparme aún cuando menos lo esperaba. Ya conocía su propuesta desde hace un tiempo, y aunque parecía interesante, no imaginaba que el juego de Gentlymad alcanzara tal grado de profundidad.

Incluso cuando crees tener dominada la situación de tu asentamiento, el clima o un grupo de asaltantes llegan para decirte que estás equivocado. Siempre hay nuevos recursos que obtener o que fabricar, edificios con los que agrandar el asentamiento, lugares que explorar en el exterior o simplemente, admirar el paso de las estaciones. Alucinaréis con lo rápido que pasan las temporadas en el juego (en mi partida sobrepasé sin problema las 100).

Eso sí, conviene construir y tomar decisiones de la manera más lógica y correcta. Este es un juego que puede llegar a castigarte, ya sea por la falta de recursos, el azote de la radiación o la sequía, e incluso la desconfianza de los propios colonos. Lo bueno, es que desde un principio Endzone pondrá en nuestras manos toda herramienta existente para gestionar la aventura como gustemos. ¿Mi consejo? deja que te sorprenda.